Todos los participantes tenían que tomar solo unas cuantas decisiones para su tatuaje handpoked:  el color de la tinta, el idioma en el que se escribiría, la ubicación de la palabra en su cuerpo y el estilo de fuente. Curiosamente, para esta última opción, casi todas las personas eligieron marcar su cuerpo con mi letra personal, lo cual fue especial, ya que lo veía como una extensión de mí misma, una parte de mi ser transferida a alguien que continuará deambulando por el mundo, inherentemente haciendo parte de una red de personas que pueden o no encontrarsen alguna vez en esta vida. Quienes decidieron participar en el proyecto se acercaron para expresar los momentos de sus vidas que fueron marcados por la palabra, compartiendo sus historias y su postura frente al mundo. La vida, la muerte, la política, la expresión de género, el cambio climático, la enfermedad, la pérdida y las esperanzas para el futuro fueron temas de discusión. Un espacio seguro creado para una gama libre de emociones, desde lágrimas de tristeza hasta risas o incluso a veces silencio, me enseñó sobre la interacción humana y la empatía más de lo que hubiera esperado. Un proyecto en curso, con más de cuarenta participantes, se han intercambiado una variedad de objetos en agradecimiento al performance, como canciones, libros, dibujos y cartas. En 2020 se publicó el libro “Cambio”, que recopila 12 de las historias que forman parte del proyecto.